La edición de Wide Open en 2005 supuso un importante paso para la banda de Bluegrass Mountain Heart. Amparada por la discográfica de Ricky Skaggs, Skaggs Family Records, se pusieron a las órdenes de Mark Bright, uno de los productores de moda en Nashville (Rascal Flatts, Carrie Underwood, Jo Dee Messina…), al que no se esperaría encontrar colaborando en un disco como éste si no fuera porque, como declarado fan de la banda, él mismo se propusiera para el trabajo, escogiendo canciones de autores de la Music City cuyas composiciones son habituales visitantes de la parte alta de las listas de éxitos.

Ávidos coleccionistas de nominaciones y premios desde que en 1999 la International Bluegrass Music Association (IBMA) les concedió el ‘Emerging Artist of the Year’, cuando todavía no habían ni siquiera firmado su primer contrato, Wide Open supuso ampliar las fronteras de su música. Desde el Bluegrass tradicional a reforzar su ya característica mezcolanza de Americana, Folk y Country, aderezado con sus juveniles querencias por el Rock de los setenta y ochenta. Un sonido que les reportó el acceso a nuevas audiencias, merecería buenas críticas y convertiría a Wide Open en un éxito de ventas (comparado con sus anteriores trabajos que difícilmente podían aspirar a vender más de diez mil copias)… mientras  recibía no poco rechazo de los aficionados más tradicionalistas.

La colaboración con Mark Bright les puso en manos de uno de los campeones del sistema de producción de la Music City y el acceso a uno de los estudios de grabación técnicamente más avanzados del mundo. El resultado es un trabajo de producción denso y pulido acercando buena parte de los cortes al ‘mainstream’ Country (aunque se respete el sonido acústico). Una posible consecuencia de aplicar estas técnicas al Bluegrass, entre cuyos rasgos distintivos se suelen contar con la naturalidad y la espontaneidad, es que pierda su espíritu… y aunque algo de eso se aprecie en el álbum dice mucho de las capacidades de la banda que en términos generales consigan mantener su música por encima de los efectos de la producción. El violinista Jim VanCleve es un virtuoso capaz de brillar en todas las circunstancias, y de forma especialmente evidente en su ardiente instrumental “Deadwood”, mientras el veterano mandolinista Adam Steffey (repetidamente ganador del premio IBMA al mejor mandolinista del año) sigue ofreciendo sus elegantes punteos y el guitarrista Clay D. Jones es capaz de afrontar los ritmos más explosivos.

El citado Steffey y Barry Albernathy (Banjo) se turnan en la voz solista con el versátil y principal protagonista en tal papel Steve Gulley, favoreciendo también de esta manera la riqueza de sonidos del álbum. El propio VanCleve admitía en una entrevista de presentación del disco que el álbum era difícil que fuera estrictamente categorizado como Bluegrass o como Country mientras definía a la banda como: “No llevamos dos sombreros, uno Country y otro Bluegrass. Llevamos sólo uno que incluye a los dos; además somos una ‘jam band’”.

Wide Open es un magnífico trabajo para amantes de la música acústica que no pongan reparos a que sea llevada un paso más allá de los estilos estrictamente tradicionales.

God and Everybody