Y la cuarta entrega de la serie. Con esta nos ponemos al día en cuanto a lo que ya fue publicado. A ver hasta dónde llegamos
Gerry House: “Bull” es su único disco de 1992, donde el humor y los
ritmos pegadizos se mezclan.
Gibson/Miller Band: grupo al estilo de Confederate Railroad, que no llegaron a disfrutar del mismo éxito, toques de rock sureño, buenos temas, un par de discos en 1992 y 1994 y, sobre todo una soberbia versión de “Mamas don’t let your babies grow up to be cowboys" es lo que dejaron para la posteridad.
Greg Holland: dos CDs a mitad de década agradables de escuchar, pero sin repercusión más allá de tímidas entradas en listas. No hubo más oportunidades.
Hank Flamingo: Esta banda aportó aire fresco en su disco homónimo de 1993, que no llegó a nada. Su vocalista, Trent Sumar reactivó su carrera en solitario en 2000 desde la escena independiente con lanzamientos en los que incorpora toques punk al country.
Holly Dunn: inició su carrera en los 80, llegó a su máxima popularidad a principios de los 90 con un par de números uno. Ya dicen que lo difícil no es llegar sino mantenerse. Del 92 data su último trabajo en major “Getting it Dunn”.
The Hutchens: un único disco en 1995 titulado “Knock, knock” impecablemente New Country. Por lo menos, para salirse de lo que era más habitual, predominan los temas animados con toques R’n’R sobre las baladas.
Highway 101: La popularidad de la que disfrutaron a finales de los 80, con 5 números uno incluidos acabó drásticamente cuando su cantante solista, Paulette Carlson, abandonó el grupo en 1990, buscando crecer en solitario. Después de la salida de Carlson editaron un par de discos adicionales que no alcanzaron, ni de lejos, su éxito precedente.
James Bonamy: muy joven en 1996, apenas 24 años, cuando editó su primer disco. Buena voz, buenas maneras, un single en el número dos. Segundo álbum en nueva discográfica… y ahí se quedó.
James House: otra buena voz que, por lo menos, llegó al tercer intento entre el 90 y el 95. Si me pedís qué le diferencia del anterior, y de otros que ya se han citado, sería difícil encontrarlo.
Jason Sellers: un par de discos entre el 97 y el 99. Parece que en la “J” estamos encontrando una alta densidad de los clones que invadieron el mercado a lo largo de la década. En este caso su tono de voz recuerda vagamente al de Vince Gill, salvando las distancias. De todas formas si eres amante del New Country, no te depcionará.
Jason: el intento de un auténtico innovador de introducirse en el Mainstream en 1992. Desde los 80 estaba dando guerra con su mezcla de Country y Punk con Jason y los Scorchers, donde regresó tras esta fallida aventura.
Jeff Carson: ya ha salido la palabra clon. De la que este señor es paradigma; uno de los intentos más descarados de ser Garth Brooks. Consiguió mantener la regularidad de sus lanzamientos entre el 98 y el 2001 con Curb. Supongo que cumplió el contrato… y nunca más se supo.
Jeff Chance: en 1992 editó el que, para mí, es una de las pequeñas joyas ocultas de la década “Walk Softly On the Bridges”, su segundo esfuerzo. ¿Y después?
Jerry Kilgore: ya hemos hablado de él en otros mensajes a raíz de la crítica de su disco que nos regaló Gentry.
Jesse Hunter: más de lo mismo. Buena voz, con destacables tonos bajos como elemento diferenciador. Disco agradable de escuchar en 1994, quizá algo por encima de la media de los que llevamos citados en esta tanda, ningún éxito, nunca más se supo.
Jim Lauderdale: aquí nos encontramos con un caso especial. Su éxito como autor de canciones (especialmente para George Strait) le permite sacar los discos que quiere y como quiere en un estilo, en términos generales, quizá más cercano al folk que al Country (ahora se llamaría americana). El boom del New Country animó a varias majors a ficharle sucesivamente, sin embargo desde el 99 se mueve en el mercado alternativo.
Jo Dee Messina: Estar apadrinada por Tim McGraw le proporcionó un importante respaldo en el inicio de su carrera allá por 1996, aunque espaciados sólo 5 discos hasta 2005, sigue ahí… aunque la falta de noticias en cuatro años, puede significar que estamos ante la última abducción.
Joe Diffie: Ya ha sido citado en esta página. Su primer disco “A thousand Winding Roads” es otra de las joyas de la década. Hasta el 99 fue editando novedades con Epic, su discográfica de toda la vida. Desde entonces va rebotando entre las compañías menores.
John & Audrey Wiggins: uno de los pocos dúos mixtos de la década. Agradables armonías vocales, paso por un par de discográficas y, desde 1997, en la dimensión desconocida.
John Berry: aguantó prácticamente la década entera en Capitol. Demasiado me parece por sus méritos y los discos que conozco. Baladista empedernido, especializado en la parte más almibarada del asunto.
Continuará…