Sexta entrega de la serie de aquellos que llegaron a grabar en major en los 90… y que en nuestros días resulta difícil seguirles la pista:
Mark Nesler: Compositor y cantante. Un disco en 1998 que incluía alguna buena canción pero que no aportaba nada especial. La segunda oportunidad no llegó.
Mark Wills: Otro de los que demasiada exposición a su música puede provocar subidón de azúcar. Disfrutó de algún hit a finales de los 90, pero desaparecido desde 2003.
Martin Delray: dos buenos discos en 1991 y 1992. Incluyendo una buena versión del Get Rhythm de Johnny Cash. Desapareció del mapa. Lo siento porque, aunque duró poco, el tipo me cayó bien.
Marty Brown: si hemos destacado a los “guapos oficiales” este se llevaría el premio al feo más feo, pero… sus dos primeros discos “High and Dry” (1991) y “Wild Kentucky Skies” (1993) son superlativos. La sombra de Hank Williams es alargada y llegó hasta los 90. Perdido en el éter desde 1996 (aunque creo que tuvo algún que otro encontronazo con la ley).
Mary Chapin Carpenter: pese a que su estilo es más cercano al folk que al Country, encontró la manera de acercarse al jugoso mercado campero gracias a éxitos de la talla de “I Feel Lucky” o “Shut up and Kiss Me”. Las majors no cuentan con ella desde el 2004.
The Mavericks: con la desaparición de este grupo algo se perdió en el Country. Sobre todo en originalidad con toque latino, buen humor… y una voz prodigiosa que afortunadamente aún podemos encontrar pues el gran Raul Malo sigue dando guerra desde el mercado independiente.
McBride & The Ride: bajo diversos nombres este trío de laboratorio (no dejaban de ser unos músicos unidos ex profeso por una discográfica) consiguieron un gran éxito con un disco realmente excepcional como “Sacred Ground” en 1992. En cuanto ese éxito se diluyó no duraron mucho.
Michael Peterson: siempre me cayó simpático y parecía sanote. Un par o tres de discos de New Country en la segunda mitad de la década, con single número uno incluido “From Here to Eternity” no fueron suficiente para convencer a las mentes pensantes de Nashville que merecía la pena seguir invirtiendo en él.
Michael White: llegó a editar tres discos entre el 91 y el 93 con Warner de los que sólo tengo uno, tranquilito y en línea neo-tradicionalista tenía buena voz y transmitía.
Mike Henderson: Buen disco su “Country Music Made me Do it” en 1994, en la línea más desenfadada del New Country. Sus tres siguientes lanzamientos, desde discográfica menor, por lo menos igualaban al citado.
Mike Walker: luciendo imagen estilo James Dean. Con un único disco en 2001, New Country con temas interesantes pero lastrado por (aunque se percibe buen fondo) una voz que suena demasiado impostada y una producción en ocasiones demasiado suntuosa.
Mila Mason: quizá más autora que cantante, aunque posee una buena voz, Atlantic le dio la oportunidad de lanzar un par de álbumes que se dejan escuchar, con reminiscencias ocasionales a Tanya Tucker (salvando las abismales diferencias)… tras la aventura volvió a escribir canciones.
Mindy McCready: luciendo palmito y con objetivo en el público femenino joven llegó a disfrutar de una gran popularidad. Fue de las que digirió mal el salir de los titulares, que ha estado visitando con regularidad por sus problemas con drogas, parejas violentas e intento de suicidio incluido.
Monte Warden: otra aproximación rockanrollera con reminiscencias retro, aunque con resultados desiguales. Personalmente me parece que para el estilo que pretende desarrollar le falta fuerza… hay una palabra en plural que empieza por h… y que ponen las gallinas que lo describiría mejor (o un sinónimo que rima con cajones). Mucho más destacable me parece su etapa con el grupo the Wagoneers en los 80.
Monty Holmes: su “All I Ever Wanted” de 1998 es una de esas sorpresas, no raras, que ofrecían los 90. Buena voz, buenas canciones, disco muy agradable (aunque, todo sea dicho, con pocos elementos diferenciadores, salvo incluir en su disco “Jolie” un tema con influencias Cajun). Pasó totalmente desapercibido y no hubo más.
Nancy Griffith: como muchas de sus contemporáneas (todas ellas deudoras de Emmylou Harris) entre el folk y el Country. Elegante, sensible, delicada en sus interpretaciones. Pese a no conseguir ningún éxito apabullante se mantuvo con solvencia desde el 87 y el 2001… cuando se vio relegada a discográficas menores. Atención porque en su larga discografía se incluyen no pocas incursiones en el pop.
Neal McCoy: en esta entrega me estoy reencontrando con “los que me caían bien”. En su momento me encantaba su música, aunque creo que no ha aguantado bien el paso del tiempo. Tras disfrutar durante varios años a mitad de década de un éxito rotundo, intentó seguir la tendencia del mercado hacia el pop romanticón, pero no pudo subirse al carro para igualar sus anteriores logros. Desde el 2003 buscándose el pan fuera del stablishment.
Normaltown Flyers: Su disco de 1991 se escucha, no molesta… y se olvida. Lo mismo pasó con Mercury que les dio la oportunidad… y los olvidó.
Palomino Road: otro grupo en busca del éxito que arrancan su debut de 1993 nada menos que con una versión del “Why Baby Why” de George Jones. Como diría el torero “¡¡¡¡Manolete, pa qué te metes!!!!”. A partir de ahí se hace difícil… pero una vez superado el shock, algunos temas son salvables, aunque el disco es muy irregular… no encontraron hueco en el mercado y no tuvieron oportunidad de enmendarse.
Pam Tillis: la hija de la leyenda Mel Tillis nos ofreció algunos de los mejores discos de una fémina de la década de los 90. Consiguió grandes ventas, pero, a medida que avanzaba la década, como tantas estrellas, su brillo menguaba para acabar como tantos otros, editando en discográficas menores.
Paul Brandt: este canadiense es poseedor de una de las mejores voces aparecidas en el mercado Country en los últimos 20 años. Tras cuatro o cinco discos en la Music City, en el siglo XXI, vuelta a su país natal a una discográfica menor para seguir con su carrera.
Paul Overstreet: autor de canciones de grandísimo éxito desde los 80 (algunos de los temas más reconocidos de, entre muchos otros, Randy Travis se deben a su pluma), intentó una carrera en paralelo como vocalista a principios de los 90… que no tuvo la misma repercusión, aunque consiguió colocar unos cuantos singles en el Top Ten. Tras tres discos con Warner sus siguientes esfuerzos llegaron desde el mercado independiente oscilando hacia temas de orientación religiosa.
Continuará…
(creo que con un par más de fascículos acabamos la serie)