En esta quinta entrega retomamos el asunto donde lo dejamos antes de recuperar lo que ya había sido publicado.
John Michael Montgomery: de 1992 al 2000 en Atlantic. De 2002 a 2004 en Warner. Diez discos con major le contemplan. No menos de siete números uno e innumerables entradas en listas. Ventas millonarias. Moviéndose al ritmo de la tendencia, empezando como clon de Garth Brooks y cada vez tendiendo más a la balada romanticona y poperizada… ¿Suficiente para consolidad una carrera? Parece que no, su último disco, en 2008, si no me equivoco, lo ha lanzado en independiente.
Joy Lynn White: Autora de tres muy buenos discos en los 90, aunque prácticamente sin repercusión. El nuevo siglo la contempla lanzando sus trabajos en discográficas menores o por sus propios medios.
Junior Brown: de lo más destacable de la década. Buen humor, buenas canciones una voz profunda arropada por un virtuosismo instrumental espectacular. Su paso por Curb del 93 al 2001 no dulcificó su estilo. Desde entonces sólo un nuevo disco "Down Home Chrome" en 2004, sin apoyo mediático.
Kathy Mattea: vocalista ciertamente destacable que se movía muy cómoda en terrenos cercanos al folk y al Bluegrass. A medida que avanzaba la década de los 90 su estrella menguaba. Desde 2000 fuera del sistema.
KD Lang: tras discos tan remarcables como su homenaje a Patsy Cline (Shadowland – 1988) o Absolute Torch and Twang (1989) no es que haya desaparecido del mapa, es que ha desaparecido del mercado Country, centrando sus esfuerzos en buscar nuevas fronteras para su indudable talento.
Keith Gattis: una voz realmente espectacular. Magnífica muestra de New Country su debut de 1996 con RCA. No hubo segunda oportunidad.
Keith Stegall: este cantante, compositor y productor tuvo su oportunidad en 1996 para navegar entre el Country y el Rock. Ahí se quedó.
Ken Mellons: Autor de dos discos entre lo mejorcito de la década en 1994 y 1995. El éxito no le acompañó (uno de tantos misterios inexplicables) y desapareció del mapa.
Kentucky Headhunters: sus dos primeros discos Pickin’ on Nashville (1989) y Electric Barnyard (1991) deberían estar presentes en cualquier discografía básica de la década. La salida de los hermanos Phelps (ver Brother Phelps en un mensaje anterior) afectó a la calidad de su música y a su éxito. Desde el 2000 rebotando entre las discográficas menores.
Kevin Sharp: Otro de los romanticones empedernidos, sólo dos discos en 1996 y 1998 que, pese a disfrutar de un relativo éxito, no dio para más.
Lari White: lanzada a la fama gracias a un concurso de TV allá en los 90 lanzó tres discos agradables de escuchar. Efímera carrera la suya.
Les Taylor: un par de discos a principios de la década. No es que ofreciera algo especial. Ninguna repercusión y a casa.
Lila McCann: una de esas niñas-adolescentes prodigio que periódicamente aparecen en el mercado Country. Pasada la novedad de sus dos primeros discos desapareció.
Linda Davis: tener una buena voz y estar apadrinada por Reba McEntire le permitió sacar al mercado unos cuantos discos cuya falta de éxito la empujó fuera de las majors.
Lionel Cartwritht: gran debut en 1989. Sus dos siguientes discos no confirmaron las expectativas generadas ni alcanzaron ninguna repercusión. Missing desde 1991.
Little Texas: el supergrupo de la década. Disfrutaron de un enorme éxito… cuando les abandonó la popularidad no les dieron muchas oportunidades en Warner. Desde 1997 perdidos en el limbo.
Lonestar: en los anteriores y éstos habría que buscar algunos de los precedentes más claros del momento que actualmente vive el Country. El grandísimo éxito de su “Amazed” marcó sus siguientes lanzamientos: baladas románticas con tanto azúcar que pueden provocar problemas de salud en el oyente. Desde el 2006 no sé nada de ellos (tampoco me he preocupado mucho por saberlo). Espero que sus diez números uno no convenzan a alguien de que hay que darles otra oportunidad.
Lorrie Morgan: magnífica vocalista, hija de George Morgan y mujer del desaparecido y grandísimo Keith Withley (uno de los padres del NeoTradicionalismo). Sus credenciales y larga carrera no han evitado que desde el 2002 esté rebotando en las independientes.
Lyle Lovett: una de las piezas de los tremendos debuts del 86 (junto a Dwight Yoakam, Randy Travis, Patty Loveless y Steve Earle) que revolucionaron la escena Country y dejaron puestas las bases para la irrupción de los Garth Brooks y compañía tres años después. Su eclecticismo le ha llevado a experimentar con sonidos alejados del Country… aunque tampoco así ha podido evitar verse empujado a grabar con discográficas de segundo orden.
Mandy Barnett: heredera directa de Patsy Clyne, a la que llegó a interpretar en un musical sobre su vida, autora de tres muy buenos discos a final de década, no tuvo muchas oportunidades para seguir creciendo.
Marcus Hummon: quizá más autor de canciones que cantante. Su debut en 1995 contenía buenas canciones… que habrían estado mejor interpretadas por otro.
Mark Collie: su mezcla de Country, incorporando toques de rockabilly, disfrutó del favor del público durante un tiempo. Sus intentos de cambiar su estilo para amoldarse a la tendencia del mercado fueron fallidos. Se le busca desde 1995.
Mark Chesnutt: uno de los pesos pesados de los primeros años de los 90. Impecable Honky-Tonker con, sin tener que hacer mucha memoria, tres o cuatro discos en su haber que podrían catalogarse de excepcionales. Cuando la tendencia cambió hizo algún intento de subirse al carro del Country Pop, fallido en calidad y éxito. Desde el 2002 está relegado al mercado alternativo. Su talento como intérprete, voz, aptitud y actitud, sin duda, merecían mejor suerte.
Continuará…