Waylon Jennings - Too Dumb for New York City, Too Ugly for L.A. (1992)

La época dorada, comercialmente hablando, de Waylon Jennings había pasado hacía tiempo cuando llegó el momento de poner en el mercado Too Dumb for New York City, Too Ugly for L.A. el que sería su tercer y último álbum para Epic, la última major con la que trabajaría. Sin embargo, artísticamente, seguía siendo tan interesante como siempre y este disco es buena prueba de ello.

En la sarcástica canción que da título al disco nos cuenta como ni Nueva York ni Los Ángeles son sitios a los que un Redneck al que se ve desde una milla lejos se pueda adaptar bien, en una por tonto, dado que le timan una vez tras otra, y en otra por feo, pues lo único que consigue cada vez que conoce a alguien es escuchar la frase “no me llames, ya te llamaré yo”. La conclusión es que su sitio está en algún lugar entre ambas costas.

Alguien que nunca se ha callado lo que piensa, mucho menos lo iba a hacer a la altura de este disco tras más de treinta años en el negocio musical, así es que en “Talkin’” se critica tanto a los políticos como a los matrimonios modernos, que tienen más que ver con la firma de un contrato que da derecho a demandarse uno a otro que con el amor. La estrofa dedicada a los políticos es, simplemente, genial y perfectamente aplicable a los tiempos que corren:

We got a lot of politicians
Un there in Capitol Hill
Ain’t it funny how they prosper
While the Country stands still,
Maybe I should run for office
But I just like to talk.
I ain’t about to run for nothing
I don’t even like to walk.

Tenemos un montón de políticos / Allí arriba en el monte del Capitolio / ¿No es curioso ver cómo prosperan / mientras el país está parado? /
Quizá debería presentarme para un cargo, / pero sólo me gusta hablar. / No voy a correr por algo / por lo que ni siquiera me gustaría andar.

“Silent Partners”, que más adelante también cantaría George Jones, nos habla de ese momento al iniciar una relación, que parece perfecta, en la que no se expresan los sentimientos por miedo a estropearla, magnífica. En “Didn’t We Shine” dos antiguos enamorados que se reencuentran recuerdan que tuvieron sus momentos brillantes. Mientras la arrogante y de explícito título “Armed and Dangerous” en realidad nos habla de los preparativos para ir a visitar a una mujer por la que siente un deseo irrefrenable: flores, unas botellas, coche y ropa limpia... y acaba diciendo “y tengo otras cosas / que te podría sugerir. / Pero si las pongo en este disco / acabaría arrestado” de nuevo, genial. Ciertamente Waylon sigue saliéndose de lo corriente en las canciones que escoge. ¿Más? Pues en “Heartaches Older than You” un hombre maduro avisa a la joven que parece enamorada de él que tiene recuerdos más viejos que ella y que “si sólo estás jugando, estás jugando con fuego”, mientras en “Smokey on Your Front Door”enumera algunos de los problemas a los que se enfrenta un hombre que mantiene una relación simultánea con dos mujeres.

Un buen puñado de canciones de Waylon han loado la figura de su ídolo Hank Williams, en “Hank Williams Syndrome”, ante la tumba del mito se lamenta de que el tiempo de ambos haya pasado, habiendo llegado una nueva generación de sombreros que no es como ellos, pero que está bien, pues podrán mantener viva la música. Por otro lado “I’ve Got My Faults” tiene algo de autobiográfico, reconociendo los propios errores cometidos en los días salvajes pero que, cuando menos te lo esperas, es capaz de sorprender con su bondad.

Pese a que no contenga ningún éxito, pues las radios llamadas Country habían decidido que su música ya no tenía cabida en su parrilla sin importar la calidad de la misma, Too Dumb... es un álbum que complacerá a los seguidores de un Waylon con tanta actitud como a la que siempre nos ha tenido acostumbrados y tan Outlaw como cualquiera de sus discos más conocidos.