Jerry Lee Lewis - Young Blood (1995)
Para muchos el auténtico Rey del Rock’n’Roll, Jerry Lee Lewis ha vivido su vida entre Dios y el diablo. Apurando cada trago y sin pedir permiso a nadie. Capaz de aporrear su piano con furia apocalíptica o con una agilidad casi celestial, tomando al asalto con su inconfundible voz sureña el alma de una canción con el indómito espíritu rebelde de la América que dio a luz el Country, el Blues y el Rock’n’Roll.
El Killer nunca será una figura que pueda ser arrinconada en un museo, así es que a mediados de los noventa con sesenta años y en plena vorágine del New Country, puso en el mercado el muy adecuadamente titulado Young Blood, probando que no sólo seguía vivo, sino que seguía siendo perfectamente capaz de llegar al corazón de las canciones.
Afortunadamente el productor Andy Paley encontró la clave para construir un gran disco de Jerry Lee, algo que la industria no siempre ha conseguido desde que Sam Phillips lo acogiera en los gloriosos tiempos de la Sun Records. Y eso que no parece muy difícil, seleccionas un puñado de buenas canciones, reúnes a unos cuantos buenos músicos, entre los que destacan los guitarristas James Burton y Al Anderson, pones a Lewis en el centro de todo ello y le dejas hacer su magia.
Desde el momento en el que el Asesino se aplica en una enorme versión del “I’ll Never Get Out of this World Alive” de Hank Williams el viejo pianista de sangre joven nos guía en el recorrido de unos paisajes musicales que conoce a la perfección, dando la impresión de que todo el mundo le perteneciera.
Ya sea con clásicos como el éxito de 1962 para Bobby Darin, “Things”, del que toma el original aroma campestre para convertirlo en un animado Honky Tonk; la bluesera y orgullosa “Young Blood” firmada por Leiber y Stoller; “Gotta Travel On”, cantada desde Jimmy Dean a Harry Belafonte; el éxito de 1950 de Johnny & Jack que también gragara Webb Pierce “Poison Love” y el boogie-woogie de “The House of Blue Lights” con la que cierra el disco, o con los nuevos pero igualmente memorables “Goosebumps”, del ya citado Al Anderson, la balada Country “Restless Heart”, en este caso con la firma de James Burton, y la muy remarcable “It Was the Whiskey Talking Not Me”, en Young Blood encontramos a un Lewis seguro de sí mismo y tan pleno de energía como el momento requiera, atreviéndose incluso a apuntar un yodel en la melancólica “Miss the Mississippi and You” de Jimmie Rodgers.
Paley, acertadamente, mantiene el acompañamiento musical en el mínimo exigible permitiendo que sea Lewis con su piano y su voz quien gobierne el escenario. El resultado es un álbum que se convertiría en clásico para cualquier artista de cualquier edad, y otra joya que colocar en la corona del hombre que podría haber sido Rey.
Comentarios
De todas formas mi recomendación es que te hagas con el recopilatorio "Killer Country", y sigas a partir de ahí.
Pues, evidentemente, seguía colando canciones en la línea que le hizo famoso, pero temas como "What's Made Milwaukee Famous (has made a loser out of me)" (número 2 en 1968) o "To make Love sweeter for you" (número 1 en 1969), por citar un par de ellas, son 150% Country... Creo
Por cierto en el comentario había cometido una errata al atribuir "Miss the Mississippi and You" a Bill Haley, que la cantó y en los títulos de crédito del CD aparece como autor... Cuando la realidad es que es bastante anterior a Bill Haley, pues su autor es el grandísimo Jimmie Rodgers.
Ya empezamos como con Big Sandy
Yo diría a la historia de la música sin apelativos.
En cuanto a Country no hay que olvidar que cuando rehizo su carrera en los 60-70, tras los escándalos que la arruinaron, lo hizo con el Country donde consiguió no menos de 25 top tens (incluyendo siete números uno) en menos de veinte años, además de una larga lista de entradas en listas adicionales.
Las canciones "Crown victoria custom 51" y "Down the road a piece", son puro Jerry Lee, puro rock and roll.
He retrocedido 20 años, cuando tenía más pelo y llevaba tupé y cazadora de cuero.